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Pesca con Mosca en Esquel | Las truchas de Ghost | ORVIS DEALER ARGENTINA MENDOZA FLY SHOP - Pesca con Mosca Argentina

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Pesca con Mosca en Esquel | Las truchas de Ghost | ORVIS DEALER ARGENTINA MENDOZA FLY SHOP - Pesca con Mosca Argentina

  Esquel: Las truchas de ghost
 

Pesca con Mosca Esquel

En realidad, el título de la nota pareciera que trasunta esta inverosímil historia de Ghost, como si la misma encajara en algún paraje de la época medieval, sin embargo nada tiene que ver con esto, sino más bien con un hecho que conlleva una vivencia casi increíble, rayano en lo surrealista,  fantasmal, que en verdad aún hoy, ni nosotros mismos, que creemos que la vivimos, tenemos la certeza que hayamos sido partícipes necesarios de esta tan particular historia, que ya mismo y sin más preámbulo, paso a contar.

Pesca con Mosca Esquel

Y como lo primero es lo primero, debo decir que no recuerdo exactamente donde y como comenzó esta aventura,  como diablos llegó
ese convite para visitar una lagunita perdida más, de las tantas que hay en la cordillera chubutense y que algunas de ellas ni siquiera figuran en los mapas.  Es que no han sido pocos estos tipos de ambientes que a lo largo de mi vida he visitado con la eterna ilusión de encontrar las truchas soñadas o sea.. así de grandes. Y como ilógico resulta, luego de visitarlos,  siempre me he quedado con eso…con las ilusiones.

Pesca con Mosca Esquel

 

Pesca con Mosca Esquel  

Sin embargo, esta vez, el dueño del campo, que después supimos que ni siquiera era eso,  nos aseguraba que  había truchas de las “buenas” en la lagunita, ese espejo de agua tan perdido,  que ni siquiera tenía nombre. Ante la falta de algo parecido a una huella,
nos dijo aquel hombre (que aún hoy dudamos de su existencia real)  que  ni siquiera a caballo podríamos ascender, ya que la geografía era agresiva, complicada,  muy abrupta, asique si nos animábamos, únicamente se podía llegar con el auto de San Fernando,
es decir…un rato a pie y otro rato caminando!!
Naturalmente que aceptamos el desafío, ante la promesa “segura” de esas magníficas truchas. Y como ninguno de nosotros conocía
el camino para llegar a la lagunita, Don José nos facilitaría un “guía” que de sobrenombre le decían “Turco”. Alguien que se supone conocía la forma de llegar, pero que en realidad, hoy puedo afirmar que conocía menos que nosotros y que le hizo mucho honor a ese famoso dicho que reza “perdido como Turco en la neblina”

.Pesca con Mosca Esquel

Luego de recorrer mas de dos horas de ruta desde Esquel, a las 8 de la mañana, de un día muy húmedo y con una niebla espesa,
Diego, el Japo, Enrique y yo, partimos, mochila al hombro con wader, botas de vadeo, chaleco con moscas, caña y un par de sándwich, en busca de esas truchas de película. La visión, a medida que nos íbamos adentrando en bosques y matorrales ennegrecidos, producto de que hace varios años fueron alcanzados y devastados por un pavoroso incendio, era realmente fantasmal. Un silencio mezcla de tétrico y  sepulcral nos acompañaba a cada paso que dábamos y ni siquiera se escuchaba en la lejanía el canto lastimero
de un pájaro cualquiera en ese gris campo visual que no llegaba más allá de los cinco metros. Espesa la niebla…Demasiado espesa.

Pesca con Mosca Esquel

Pero el Turco nos “guiaba” con supuesta maestría,  a paso seguro y redoblado a través del  bosque yermo, negro, quemado. Según él,
y después de caminar casi dos horas por un sendero confuso e interminable,  debíamos encontrar un pequeño arroyo seco, desde donde debíamos comenzar a trepar, sin dificultad,  unos 400 metros aproximadamente. Llegamos cansados y transpirando como testigo falso, al supuesto cauce del arroyo  y las esperanzas se renovaron aún cuando todavía ni siquiera habíamos iniciado el ascenso. Primero porque encontramos a dicho curso, lo cual nos hizo creer que estábamos en el sitio correcto, no tan perdidos y segundo porque imaginábamos que ya estábamos “ahí nomás”…

Pesca con Mosca Esquel

Craso error.  Diego llevaba (por fortuna) su celular que tiene un GPS, asique sabríamos que cantidad de metros ascenderíamos a medida que fuéramos  trepando. Pasó media hora de subir y le pregunto. “Cuanto llevábamos?” Y Diego me responde “30 metros!!”
Yo le digo que tire el celular, que no funciona. ¡Como vamos a subir sólo 30 metros si llevamos más de media hora trepando!!
Pero no…la cruda realidad era así.

Pesca con Mosca Esquel

Y ahí mismo nos dimos cuenta que el “guía turco” le había errado el viscachazo al lugar por donde debíamos de subir, motivo por el cual todos nos acordamos no muy bien de su mamá y toda la parentela. La niebla, que envuelve todo aún a las 10,30 de la mañana, nos impide volver atrás, asique, como diría Diego, hay que encarar “a lo chancho” y hay que seguir subiendo a como de lugar.

Pesca con Mosca Esquel

Pero cuando digo “subiendo” no me refiero a trepar cantando bajito, sino  a escalar  pendientes de casi 75 grados que en varias oportunidades nos obliga a gatear, a subir en cuatro patas. Para colmo hay mucha piedra suelta lo cual representa un verdadero peligro, ya que si uno no se afirma bien puede caer rodando y parar vaya a saber donde..”Los mosquetones…quien tiene los mosquetones y las sogas?” pregunto en tren de broma, ya que hay paredes de piedra en ángulos de 90 grados, que nos obligan a dar un rodeo entre las piedras como si fuéramos Muflones o cabras de montaña.

Pesca con Mosca Esquel

 A esta altura de la hora, de la caminata y de la elevación, la salida de pesca se asemeja más a alpinismo extremo (o a pesca mortal) que al intento de atrapar truchas buenas.  Ya la mochila ni la siento y eso que pesa una tonelada, sólo tengo en mente llegar a la cumbre, que si no fuera por la niebla persistente diría que “ya debemos estar..no?”. No.

Pesca con Mosca Esquel

Miro la hora y ya son las 12,30. Como una broma de mal gusto, la palabra “Fish” de mi reloj comienza a parpadear intermitente, lo que indica que es el momento justo del pique..Del pique de qué?? si ya hace cuatro horas y media que estamos en busca de las truchas perdidas. Y nada!!.  En el ascenso hemos hecho varias paradas obligadas buscando resuello,  buscando aire y aprovechando las piedras para sentarnos y descansar un poco. Estamos exhaustos, cansados, agotados, fundidos. El corazón se pasa de revoluciones y las piernas están agarrotadas. El GPS nos dice que estamos cerca..pero de donde?   Para colmo, en lugar de disiparse, la niebla sigue tan espesa como desde un principio, acentuando el aspecto tétrico del casi invisible paisaje que nos rodea.

Pesca con Mosca Esquel

 Hasta que de pronto, casi imperceptiblemente en el silencio mortal escuchamos una suave caída de agua. Y atraídos por ese dulce sonido como si fuera un canto de Sirena, atravesamos un matorral otra ves a lo  chancho y como por arte de magia se nos apareció “Ghost”, la laguna fantasma. La bautizamos así porque esa fue la primera impresión, la sensación que nos causó esa primera visión del gris espejo. La niebla apenas dejaba ver algunos juncos y las aguas inmóviles de la tan ansiada lagunita. Miro la hora y son casi las 13,00. Casi cinco horas hemos caminando, trepado, gateado, pero al fin aquí estamos!!. Me saco la mochila y recién me doy cuenta de su peso es que me siento tan liviano que casi podría volar como en esa publicidad televisiva.

Pesca con Mosca Esquel

Como a esta hora usualmente “pica el bagre” decidimos comer algo, antes de enfundarnos en los wader y armar las cañas. El  tiempo para el “almuerzo” dura menos que el canto de un gallo y en un abrir y cerrar de ojos, ya estamos casteando en las aguas de “Ghost”, envueltos en esa neblina persistente que no nos quiere abandonar. Yo soy el primero en clavar una arco iris muy gorda, exuberante y muy combativa. Al minuto, el Japo, clava otra. Y mientras estoy fotografiando la primera arco iris, Diego se anota con otra. Y más allá Enrique también tiene su premio.. No son arco iris “fáciles”, no vienen así nomás y para doblegarlas nos lleva más de 20 ó 30 minutos cada una.

Pesca con Mosca Esquel

Las truchas de esta perdida lagunita son mejores de lo que esperábamos. Muy, muy combativas y con un estado de salud realmente fantástico, tal como se puede apreciar en las fotos.

Pesca con Mosca Esquel

Que moscas utilizamos? Cualquiera. Cada uno de nosotros pescó con moscas diferentes de ahí que presumimos que estas truchas nunca antes habían visto un anzuelo disfrazado. A eso de las dos de la tarde la niebla comienza a disiparse y simultáneamente a desnudar la geografía que nos rodea que se transforma en monte pelado, achaparrado y quemado, con algunas elevaciones. Estamos como a 900 metros sobre el nivel del mar, aunque de la otra margen algunas lengas se miran coquetas en las aguas inmóviles de Ghost. Hay muy poca orilla y hay que tener cuidado al castear si no se quiere que las moscas vayan a adornar los montes de atrás. De todas maneras, el pique es sostenido y con truchas de una calidad  insuperable. Fantásticas!. Realmente valió la pena el suplicio y el esfuerzo.

Pesca con Mosca Esquel

Luego de pescar poco más de tres horas y pasadas las cuatro de la tarde decidimos retornar. Sabemos que el descenso será más rápido, pero no tenemos la certeza de cuánto mas rápido será. Y como  soldado que huye a tiempo sirve para otra guerra,  mejor retirarse a tiempo y regresar con luz natural. Fiero resultará andar de noche por el bosque negro y con niebla que se avecina. Bajamos a mil  pero esta ves por el lugar que debíamos subir y en poco más de una hora estamos en el arroyo seco que fue nuestro punto de partida y que, según el Turco maldito,  era la “marca” para iniciar el ascenso. Cuando miramos hacia arriba y vemos claramente la altura de la montaña y por donde trepamos, realmente no lo queríamos creer. Era como Luly Salazar en paños menores: No apta para cardíacos. ! Con razón tuvimos que subirla gateando en varias oportunidades!! (me refiero a la montaña, claro).

Pesca con Mosca Esquel

Bueno, seguramente alguien quisiera saber donde exactamente queda esta lagunita. Pero no se rompa el coco ni se haga problema porque ni siquiera nosotros a ciencia cierta lo sabemos. Como le dije al principio,  “Ghost” es una laguna fantasma. Creer o reventar, dijo el sapo mientras cruzaba la carretera. No figura en los mapas ni la registra el GPS. Y  ese condimento casi mágico de la niebla la transformó en algo irreal, misterioso, surrealista y por lo tanto, casi inexistente,  entonces ahora entiende porqué la denominamos así.

Pesca con Mosca Esquel

Pese a las fotos, está en nuestra imaginación esos momentos mágicos vividos con semejantes truchas y ni nosotros mismos, que fuimos partícipes,  tenemos la certeza que  los hayamos vivido realmente. Y como probablemente sea así, las fotos de las truchas que aquí se muestran, también  probablemente, sean irreales e inexistentes.
De todas maneras, como dicen en el final de las buenas películas…”cualquier parecido con la realidad, es pura casualidad”.

Un abrazo.
Néstor Brizuela.

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