Por: Exequiel Bustos
Un nuevo año pude disfrutar de los hermosos paisajes y buena pesca que tiene este afamado Valle del departamento de Malargue.
Los cursos de agua de toda esta región, al igual que la mayoría de los arroyos a lo largo de la Cordillera de los Andes mendocinos, dos años atrás fueron sujetos de importantes precipitaciones que generaron grandes crecidas y aludes. Esto sin duda afectó a toda la vida acuática, sobre todo a la trucha y su efímera presencia, comparada con otras especies que habitan estas tierras desde hace miles de años.
Sin duda fue una de las mortandades más grandes en la historia de la trucha en Mendoza. Se podían observar decenas de las mismas, muertas en las riveras. Llegamos a contar más de 100 en 100 metros lineales, fenómeno que se repetía en casi toda la extensión de los ríos de este Valle
Este artículo está lejos de ser un escrito estrictamente dedicado a este fenómeno, pero saber de dónde venimos nos sirve para saber a dónde vamos. Fue un hecho muy importante que cambio al pesquero, personalmente lo veo como una jugada de la naturaleza, para acercar al ecosistema al equilibrio perdido luego de introducción de esta especie.
Si bien el tamaño de la captura en este ambiente antes del aluvión jerarquiza al pescador y lo seguirá haciendo, es decir que mientras más destreza tenga el mismo, mayor tamaño conseguirá, ya que la trucha con mayor edad demuestra mayor astucia (estamos hablando en líneas generales e imitando la oferta de insectos presentes).
Pero a pesar de que aún era posible conseguir buenas capturas, el promedio de tamaño y la calidad de alimentación de muchas de ellas dejaban mucho que desear considerando la productividad del sistema. La cantidad de truchas que los ríos presentaban realmente demostraba y hacía pensar que sería casi imposible ir y NO pescar.
Si bien como dijimos la mortandad fue grande, en nuestros viajes, meses posteriores a las crecidas, pudimos pescar casi de la misma manera que antes de ellas (excepto río Cobre que se vio mucho más afectado), siendo la calidad de truchas la misma, lo que demostraría que la población excedía por mucho lo saludable. Este hecho se disfraza muy bien en un río como el Tordillo, donde la riqueza de macroinvertebrados acuáticos es notable.
A un año de los eventos, durante la temporada 2014 los pronósticos parecían hacerse realidad. Menos truchas + más comida = truchas más fuertes y sanas. Siendo una casualidad o realmente un evento que responde a este proceso, esa temporada pudimos obtener capturas importantes, y en lugares donde como guía uno sabía que antes tenían otro porte, pero se notaba una diferencia sobre todo su estado de alimentación.
Es así que en mi opinión, a un poco más de dos años de las crecidas, me encuentro con una temporada 2015 que sigue respondiendo a este proceso de restructuración de la comunidad acuática. Todas las capturas son sanas y evidencian un rápido crecimiento del animal, teniendo muy buena relación peso y tamaño de cabeza-mandíbula, que recuerdan a las famosas gordas de la Matansilla (próximo Valle hacia el norte por el río Tordillo)
Fuera de todo este tipo de especulaciones, hoy el Valle se encuentra claro y con un buen caudal de agua para la altura de la temporada, hasta el momento solo hemos ido al Tordillo teniendo muy buenos resultados.
Es importante recordar que todas estas bondades podremos conocerlas tomando algunos recaudos de lo que hacemos en el río, si bien no considero que sea un ambiente más técnico que los demás que tenemos en el resto de la provincia, si me parece que es un ambiente que un error en la configuración del equipo, patrones, lanzamiento o cualquier factor que vaya en desmedro de la calidad de deriva de nuestras ninfas, va a tener efectos muy grandes en la pesca. Es así que muchas veces parece el Valle de los contrastes, al hablar con pescadores que lo han visitado contemporáneamente, se escuchan relatos de pesca muy productivas y al mismo tiempo acerca de intentos sin piques.
Hay que poner todos los sentidos en post de una deriva natural (seguimos hablando de pesca con imitación de insectos aunque la imitación de bagres puede dar muy buenos frutos, sobre todo en la zona más austral del Valle)
Al día de la fecha recomendaría leaders no más cortos que 9 pies, imitaciones de ninfas efímeras y cadis según deriva (la que más le guste amigo), en anzuelos #14, #16 y #18 con terminal 5x y 6x (tippet). Y la técnica con la que se sienta más cómodo para derivar una ninfa cerca del fondo y con la mayor naturalidad posible. Hay que tener en cuanta que la oferta alimenticia cambia a lo largo de la temporada.
Esperemos que este proceso siga su curso y podamos ver nuevamente el Valle que los Pioneros que lo visitaban a fines del 80´ y 90´encontraron. Con relato de capturas promedio que sobrepasaban ampliamente al promedio que se observa hoy en día. Lo bueno que la belleza del entorno no ha cambiado y esperemos no lo haga nunca. Si está planeando su viaje para allá no lo dude, que las condiciones están dadas. Espero estos datos le sean de ayuda. Buena pesca y nos vemos en el río!
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