Por: Pablo Rodrigo Perez
Junto a Mariana, mi mujer, decidimos compartir un día de pesca con mosca, comencé a preparar este día en contacto con Joaquín N. un buen amigo de Cozumel, gran pescador y conocedor de estas aguas como pocos. La travesía desde Playa del Carmen fue muy simple, ya que salimos en el ferri de las 7:00 am con destino a la bellísima Isla de Cozumel en México, llegamos en solo 35 minutos, cuando el sol tímidamente entre nubes comenzaba a calentar. Al llegar nos esperaba Gaspar Chulim Balam, nuestro guía asignado por Joaquín, quien amablemente nos recibió con una sonrisa y luego de preguntarnos los nombres nos dijo: vámonos, hoy tendremos un día de pesca maravilloso ! con tan especial recibimiento nos dispuso a vivir y disfrutar cada momento del viaje.
Gaspar tiene 75 años, es un guía feliz, que hace su trabajo de tal manera que no podrás finalizar la pesca hasta que el lo permita, estamos acostumbrados a horarios casi estrictos en cualquier operación de fly fishing, donde al cumplirse las 8 horas todo acaba, pero este no fue el caso.
Al entrar a la laguna "Monte Cristo" Gaspar menciono que la marea aún estaba bajando y esto haría que los bonefish busquen aguas más profundas, en resumen significaba que no estábamos en buen momento respecto a las mareas llenas por la mañana, igualmente avanzaba lento pero seguro. Gaspar ubicado adelante jalaba la proa de la lancha mientras caminaba los bajos como quien camina por el patio de su casa, y en voz baja nos decía: ellos no están aquí porque hay poca agua, pero llegaremos hasta la mera casa, llegaremos hasta su hotel, ahí donde ellos viven.  Pájaros y aves migratorias alegraban con bellos cantos la mañana, hasta que apareció el primer cardumen de bonefish, generaban una ola importante al moverse en la quieta laguna, Gaspar dijo: ahí están!… y son muy grandes!
Quiero que la señora Marianita hagas sus lances, quiero verla luchar con uno de ellos, ya vera que fuertes son decía, Mariana comezó a castear y siguiendo las indicaciones de Gaspar logro poner una mosca "Crazy Charlie" frente a los Bones. Sigue! sigue! vienen hacia la mosca, decía Gaspar en vos baja, pero finalmente giran y no la toman. Nuestro guía, muy astuto y conocedor, de inmediato nos dijo: tienen otras moscas? esa no les gusto, es muy blanca y acá funciona el color cafecito, mientras esbozaba una sonrisa tal como si fuera Papa Noel, quien sabía tu deseo y tenía plena seguridad que pescaríamos con diversión.
Sin pensar tome la caja de moscas y seleccioné una color marrón, Gaspar la vio guiñando un ojo dijo: con ella no podrán resistirse, ya verá señora Mariana ahora viene su Macabi… (Macabi es el nombre que le dan en el caribe a los peces que normalmente conocemos como bonefish).
Lentamente comenzamos a buscar la escuela, así llaman al cardumen de peces, el sol hacía sentir el caribe, las ansias de encontrar nuevamente los bonefish era muy grande, aunque no por ello dejábamos de disfrutar el bello paisaje. Gaspar caminaba con atención mientras con su brazo empujaba la lancha, no se lo veía hacer ningún tipo de fuerza, el oficio de guía lo tiene muy aprendido, la calma, la paz y la seguridad que nos transmitía era perfecta.
Llegando a una nueva laguna entre pasadizos pequeños y manglares bajos, susurra: la pesca no es difícil, solo hay que tener suerte... Llegando a finalizar un bajo, nos anticipa, aquí a la vueltita deben estar preparados ya que siempre se ponen a comer, se los ve coleando seguramente ahí estará su chance señora Mariana, ni bien finalizo la frase, vimos el espectáculo de las colitas salir del agua, los bonefish estaban comiendo camarones y cangrejitos, es por esto que revuelven la arena haciendo “tailing” o coleando. Esta señal es muy buena, por lo que nos dispuso de inmediato a estar atentos a sus indicaciones, quien ya había detectado algunos más solitarios y grandecitos. “Ahí señora”, haga su lance y espere a que le diga cuándo mover la mosca… Mariana siguiendo las indicaciones, poso la mosca en el lugar indicado, “ bien, bien, ahora esperemos que profundice, muévala cortito y lento” dijo el guía. Desde mi lugar de espectador sentía tanta adrenalina como ellos dos, un bonefish acelero decidido a comer esa mosca y así fue, el bone luego de picar comenzó a correr velozmente. La satisfacción fue máxima por lograr un bonefish, que sea grande o chico no era lo importante sino que ese momento quedo plasmado en nuestras vidas disfrutando con mi mujer nuestro día especial de pesca. Como buenos compañeros de la vida y también de este día de pesca, nos abrazamos de alegría y a seguir pescando.
Habría llegado mi turno, Gaspar me dijo que ingresemos a un bajo donde suele ponerse una gran escuela de Macabi y que esté atento a ver desde arriba de la lancha ya que por mi ubicación más alta en la lancha, tenia mejor visión que él desde abajo. Pasado un momento, me repite, aquí es donde se ponen, este atento es posible que los vea “flashar” este termino se refiere al brillo en el agua que se produce cuando están comiendo y girando, pero no llegan a hacer tailing por ser lugares un poquito más profundos. Tal como dijo, de inmediato vi brillos en el agua, presté mucha atención a ese punto, y cuando estaba por decirle que había visto flashar, él me indico su posición y que le pusiera la mosca muy suave sobre ellos. Están comiendo, seguro la tomaran dijo.…
El tiro demandaba unos 25 metros y note que Gaspar no quería acercarse más por miedo a espantarlos, saque más línea y comencé a castear pensando que debía llegar suavemente al agua, o no quedaría ni un bonefish, para esto opte por lanzar levemente más alto adelante, frené la energía para que la línea flotante llegara perdiendo fuerzas pero estirando el leader… por suerte cayo muy prolija y Gaspar dijo: “espera, ahora comienza a mover despacio”, pude ver como se alejaban del lugar sin tomar la mosca, el guía me recomendó bajarme y avanzar caminando para lograr seguir su recorrido, seria más fácil que hacerlo con la lancha, así es que me baje y comencé a acercarme sigilosamente, en este momento note que Gaspar no vendría conmigo que debía hacerlo solo, pues él se quedaría sosteniendo la lancha donde estaba Mariana, mire hacia atrás como para confirmar que debía hacerlo solo, y vi cómo me miraba esbozando una sonrisa de confianza, sin dudarlo comencé a buscar los flashes o movimientos de agua que me indicaran la posición y recorrido, es vital antes de castear saber dónde están y para donde se dirigen, de esta manera podemos poner la mosca en su trayectoria y lograr que la vean a su paso, de lo contrario solo castigaremos el agua y nos quedaremos sin peces. Una vez ubicados visualmente, me costó saber qué dirección tenían, y en una especie de discusión interna, sentía que debía lanzar porque ahí estaban, pero otra voz me decía, calma, hay que saber para donde van… Ahí me di cuenta lo difícil que es pescar sin el guía a tu lado, aunque sentí que era la oportunidad de capitalizar los años con guías a mi lado y no acobardarme. Logre ver para donde iban, hice un buen casteo, aunque vi que cambiaron de dirección, obviamente no fue bueno para ellos, debí caer arriba de los que forman la punta del cardume, tuve que recuperar la línea y esperar a entender otra vez todo el escenario
Caminaba lentamente esas arenas con el agua a la rodilla, sin perderlos de vista, hasta que los tuve a tiro nuevamente, ubiqué la mosca y espere a que pasaran por ese lugar imaginario donde mi mosca los atraería, cuando se acercaron lo suficiente comencé a recuperar lento, detuve y luego hice strip cortitos y rápidos, y para mi gran sorpresa sentí el pique, la felicidad fue total, Me di vuelta para mirar a Mariana y Gaspar, ellos festejaban el pique. No hay sensación más grande que sentir que no puedes hacer algo hasta que logras conseguirlo, es el más sabroso de los triunfos, luego de pelearlo al fin llegó a mis manos y sacamos una foto para el recuerdo.
Luego de esta hermosa experiencia el sol se hacía sentir, el reloj marcaba las 1:30 pm y Gaspar sugirió almorzar. Charlamos, nos divertimos y pensé que todo había terminado, un día perfecto, mas no podíamos pedir… cuando Gaspar dijo ahora quiero se remojen en estas cristalinas aguas y tomen fuerzas, la tarde es larga aún y debemos pescar hasta que caiga el sol, veremos colear los bonefish frente a Isla Pasion, ahí los tendremos a todos para nosotros. Yo no lograba reaccionar, había mas pesca aún…? si, entonces fue que nos remojamos y relajados disfrutamos del caribe mexicano.
Minutos mas tarde Gaspar nos alerto que ya era hora de pescar, dejamos el mar para avanzar, estábamos en un largo flats cuando me dijo, Pablo te gustaría pescar una Palometa…? (Permit) y pensé… en esta época también podemos pescar palometas…? sorprendido por que no imagine la posibilidad, por otra parte Gaspar cuando bajaba la lancha temprano me pregunto si queria pescar tarpon y le dije que preferíamos bonefish, y ahora un ofrecimiento de palometas o permit ya era mucho para este día! pero obvio que dije que si, de inmediato se preparo con la vara para palanquear un largo bajo de arena y piedra, casi pícaramente y en vos baja dijo: a ver quien las encuentra primero…. serás tu o seré yo….
Este casi juego de encontrarlas ya me parecía divertido… si bien casi llegábamos al final del flats y no vimos ninguna, me alerto que en el arenal blanco del final era el mejor punto, recordando una historia pasada de haber pescado cuatro palometas en un día. Mi atención era suprema ya que la arena blanca las delataría rápidamente si estaban ahí, cuando ya casi estaba perdiendo las esperanzas me pareció ver rayitas negras avanzar hacia nosotros, y sin dudar le dije a Gaspar, eso que viene ahí, a unos 50 metros a las once, serán Palometas? y atento a la indicación y de cuerpo erguido me dijo, si, prepárate rápido son ellas, no te darán muchas oportunidades, están en un bajo muy claro y harán tal vez una sola pasada, los nervios me comían…
Ni bien las tuve a tiro pude colocar la mosca en lo que llamaríamos su ruta, por donde pasarían, los tiros no deben ser muy lejos de ellas, ya que son muy erráticas y cambian de dirección constantemente, mi mosca cayo unos 50 centímetros adelante, y avanzaron rápidamente hacia ella, eran dos, la seguían pero nada, otro chance cayo bien la mosca, no se asustaron, nuevamente la siguieron y nada… lo mire a Gaspar como suplicando una respuesta, y solo me dijo, no son fáciles cuando ellas quieran comer comerán cualquier moscas y cuando no, jugaran con nosotros el día entero..., se que quieres cambiar la mosca y esta bien, hazlo y probemos una vez mas… sentí respirar ya que había otra oportunidad, puse un cangrejo mas chico que me había regalado Francisco Jorquera de Chile, todo preparado otra vez, pero ya no las veíamos…
Gaspar me dijo siéntate que voy a cortar camino hasta llegar a un punto donde aun no han pasado, de inmediato me senté y con vergüenza miraba como Gaspar a su edad palanqueaba la lancha para desplazarnos, también comprendí que aunque nosotros fuéramos jóvenes no podíamos hacer ese trabajo, tan simple como que el es el guía y sabe lo que hace, así es que me relaje y pude ver como lo hacia con felicidad, este gesto me tranquilizo y volví a pensar en las palometas, cuando Gaspar dijo allí van… no estaban a tiro debemos avanzar mas y cortar su camino para que pueda lanzarles, una vez ubicados notamos que ahora eran tres palometas, se había sumado una mas, volví a hacer el tiro, esta vez mas largo para aprovechar alguna chance mas, apenas cayo la mosca las tres palometas fueron a ella, comencé el strip largo y lento, la seguían pero nada… otro tiro y se repetía lo mismo, me dieron una tercera chance y en vez de mover la mosca con movimientos largos y lentos lo hice cortos y mas rápidos, una se aventó y pico, pero muy suave, no logre clavar, seguí el strip y tomo otra, no logre clavar… y se alejaron, comencé a lanzar nuevamente y Gaspar dijo, déjalas, jugaran todo el día con nosotros, cuando no quieren no quieren… tratando de entender esta frase, recupere la linea y sin dudar como viejo guia que es Gaspar dijo, ya vámonos a ver los macabí deben estar coleando en el bajo, allí tendremos una oportunidad mas, alegremente salimos navegando a motor, mientras miraba a Mariana le decía no puede ser, tres palometas a tiro, siguiendo la mosca y no pude clavar ni una! 
Llegamos a Isla de la Pasion, y Gaspar comienza a palanquear suavemente, el atardecer se hacia presente, y también los macabí, nos sorprendió uno que estaba estacionado en tan solo veinte centímetros de agua, era muy grande calculo unos 2 o 3 kilos, cuando comencé a mover la caña para sacar linea y aun muy lejos de el, ya nos había visto o escuchado, nado rápidamente hacia lo profundo, continuamos buscando... comenzaron a sacar sus colitas fuera del agua, era el momento mágico que Gaspar nos tenia guardado, el estaba feliz y nos ilusionaba con lograr uno mas! hicimos varios casteos y seguían la mosca pero no picaban, otros se asustaban, en fin sin resultados y como diría un gran amigo Alejandro Vega Cruz, “La pesca es como la muerte, nunca sabes cuando te llega” seguía ilusionado pero el flats se acababa y le dije a Gaspar, por respeto a su horario de trabajo, bueno… no se dio! será la próxima… y el dijo inmediatamente si gustan le hacemos una pasadita mas… a lo que respondimos con Mariana si!!!… intentemos otra vez, llegamos al comienzo del flats donde habíamos visto el gran bonefish, que por suerte esta vez me permito castear y llegar a él, pero cuando cayo la mosca nado en dirección contraria, allí comprendí que es un viejo residente que sabe cuando llega Gaspar…
Continuamos recorriendo y Mariana vio un bone muy cerquita de la lancha tal vez unos 8 metros, estaba quietito y miraba hacia otro lado por lo que decidimos en absoluto silencio castear y llegarle con la mosca cerquita sin asustarlo, ni bien giró y la tomo, corriendo sin parar se llevo hasta un nudo en la linea que por suerte salió por los pasahilos, comenzó la pelea y todo era diversión, corridas y mas corridas… hasta que recuperando línea llegamos al nudo que ahora de regreso no entraba en la caña por trabarse en el puntero, la inclinación no le permitía pasar, así es que Mariana tomo la caña y mientras peleaba, yo desarme el nudo y así termino la pelea ella y nos bajamos para tomar una foto, Gaspar se ofreció y nos retrato el mágico momento.
Luego de la devolución, brindamos y charlamos hasta la caída del sol, hermosas historias y esta una mas entre ellas.
Pasadas las 7:00 pm nos dejaba Gaspar en el ferri nuevamente para regresar a Playa del Carmen habiendo conocido a una persona magnifica y llevándonos un gran día, tal cual como lo manifestó cuando nos conocimos por la mañana.
Ya de regreso Mariana le dio agua dulce a un grupo de Mapaches que atentos observaban el atardecer a orillas del camino
Gracias Joaquín N. por facilitarnos la pesca, a Mariana por ser mi compañera perfecta y Gaspar por brindarnos su inagotable sabiduría, tanto amor por la pesca, constantes cortesías, y marcarnos enérgicamente que no hay que perder la ilusión.
Volveremos
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Si deseas pescar en Isla de Cozumel Mexico con mucho gusto te ayudare a preparar el viaje
Pablo Rodrigo Perez
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