Por: Exequiel Bustos
Después de mucho tiempo esperando la época y la oportunidad, me veía viajando a buscar carpas con mosca nuevamente. Esta vez más confiado sabiendo a lo que iba, según la última experiencia pescando esta especie -(Nota: pescando carpas con mosca en Con Con Chile) y sobre todo porque ya había tenido la oportunidad de pinchar una de ellas en el río a dónde íbamos. El destino era el rio Quinto en la Provincia de San Luis, en el sector debajo del dique Saladillo.
El viaje lo armamos con mi mentor en esta pesca, Sebastián Pagano y mi amigo Emmanuel Augustaci. Ya habían sido muchas las tardes que pasábamos con Sebastian, delirando acerca del comportamiento, alimentación, preferencias, respuestas fisiológicas al ambiente y miles de cosas más para por fin poner algo a prueba.
El ambiente
El rio es un curso de agua transparente, escurre entre grandes formaciones de granitoides y metamorfítas, lo que le otorga una estructura impresionante. Es tal la calidad del rio en cuanto a estructura, que muchas veces te juega en contra, ya que es imposible no verlo como un ambiente truchero, pozones, largas correderas, pockets y flats son algunas de las estructuras que te desvían del propósito de pescar una especie totalmente distinta. Además, está rodeado por la vegetación verde típica de la húmeda vecina provincia, lo que lo hace una joyita aún más deseable. Algunos deben pensar que estoy loco por viajar casi 300 kilomentros para pescar carpas, pero considero que cada kilómetro vale la pena.
La pesca
Pudimos pescar dos días completos, que con el calor de esta época realmente se hace agobiante. Pero esta es justamente la razón por la cual estábamos esperando el momento, se sabe que la carpa a diferencia de la trucha, aumenta su metabolismo y actividad conforme aumenta la temperatura. Para una trucha 25 grados podría ser una temperatura fatal, pero a la carpa le queda como anillo al dedo.
Este viaje lo comencé más confiado que nunca, creía que sabía a qué iba y que todo iba a ser más sencillo, son esas típicas cosas que uno piensa lejos del rio. Para ello había atado varias moscas que me habían dado resultado anteriormente, huevitos, San Juan Worm en distintos colores, mosca de pan y algunas otras, eran mi carta fuerte para este viaje. La realidad fue, que no había pasado una hora de pesca y ya había atado, casteado y hecho nadar a cada una de las piezas de mi arsenal. Una pequeña frustración invadió mi cuerpo, creí que había avanzado algo, pero resulta que me encontraba en el mismo lugar. Después de haber probado todo y haberle tirado a no menos de 20 carpas a la vista, no había logrado ni siquiera que se interesen en mi mosca, ahí comprendí nuevamente de que se trataba esto, y porque me apasionaba tanto.
Mientras tanto Seba en los primeros minutos del día ya había prendido la primera, este es un rio que ha pescado innumerables veces y su experiencia allí comenzó a pesar mucho. Ante su consejo cambiamos mosca, y pusimos una ninfa similar a una pheasant tail en anzuelo 14, lo que hizo el cambio y nos permitió comenzar a tener algunos piques también. La útlima vez que estuvimos con Sebastián en ese río solo pudimos pinchar una sola, utilizando una larvita de caddis.
La pesca de estos peces sumamente evolucionados en aguas cristalinas no es asunto sencillo, su capacidad de percepción supera ampliamente a la de la trucha, simplemente ven, huelen y escuchan mejor, o por lo menos esa es la sensación que te dejan permanentemente.
Durante los días de pesca pudimos observar e identificar a las carpas en distintas actitudes:
*Buscando alimento en las orillas, aguas someras que no superaban los 30 cm de profundidad
*Buscando alimento en el fondo en aguas profundas y lentas
*Patrullando en grupos e interaccionando entre ellas, sin alimentarse aparentemente
*Manteniéndose en aguas de media velocidad comiendo algas a la deriva
*Algún rise de alguna tomando algo en superficie
*Comiendo y arrancando hojas de plantas terrestres a los costados de pequeñas barrancas
*Patrullando y alimentándose en alguna zona lenta
En todas las situaciones anteriores pudimos engañarlas, excepto cuando estaban en el fondo en aguas lentas y cuando interaccionaban entre ellas en grupos. Fue de vital importancia lanzar hacia las que se encontraban en actitud de alimentarse.
La Técnica
Si bien nuevamente regresamos con más preguntas que respuestas, buscando factores en común sacamos algunas conclusiones. Conociendo la capacidad de adaptación de la especie, la carpa parece desarrollar hábitos totalmente distintos según el lugar en donde se encuentra. Es por esto que dentro de las moscas y equipos para carpas hay un sin fin de consejos que muchas veces se contraponen, y es simplemente porque la carpa es un pez distinto en cada lugar donde se encuentra. Entre los puntos que considero importante para las carpas y en especial para este rio cristalino:
*Siempre pescar a pez visto, por lo tanto ser muy sigilosos
*Tratar de buscar peces con actitud de alimentación
*Ser muy delicados en la presentación
*Tratar de nunca dejar el tippet entre el pez y la mosca
*Ser versátil en la técnica, ya que pueden tomar a deriva muerta, dándole vida y dejándola quieta luego, o bien mientras le movemos la mosca.
*Llevar la mosca MUY CERCA de la boca de la carpa, sino es asi es muy raro que se mueva una distancia considerable para tomarla. Por lo tanto tener moscas con distintos pesos.
Si bien muchas de ellas tomaron la mosca en deriva muerta, en algún caso pareció ser fundamental darle vida a la mosca muy cerca de la carpa, para llamar su atención y hacerla morder. Ya sea en deriva muerta o con movimiento es de extrema necesidad llevar la mosca lo más cerca posible de la boca del pez.
Las moscas que más resultado nos dieron fueron ninfas de tamaño considerable, en anzuelo 12 y 14, patrones como pheasant tail y variaciones de ella fueron las mejores. Además algunos otros inventos también dieron sus resultados.
En cuanto a equipos, cañas de números entre 3 y 5 son ideales. Líneaa de flote y leaders de un mínimo de 9 ft de largo con tippets que van del 2 al 4x.
Si bien pudimos observar grandes carpas, en promedio pudimos capturar ejemplares que van de 1 a 2 kilos. Lo que es sorprendente, como en este ambiente saben utilizar la corriente del agua, haciendo que las peleas sean muy divertidas ejerciendo mucha tensión en nuestro equipo.
En conclusión fue otra excursión con mucho aprendizaje y un nuevo camión de preguntas, pero pudimos pasarla muy bien y disfrutar entre amigos Agradezco nuevamente a mi amigo Sebastián por compartir su inquietud en esta pesca y seguir soñando al igual que yo en las formas para que una carpa abra la boca y agarre una mosca.
Exequiel Bustos
Guía-Instructor en Mendoza Fly Shop
Fotografía: Sebastian Pagano y Exequiel Bustos
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