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Pescando truchas con Mosca en poca Agua por: Exequiel Bustos Mendoza Fly Shop Argentina

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Pescando truchas con Mosca en poca Agua por: Exequiel Bustos  Mendoza Fly Shop Argentina

 Uno de los desafíos más lindos que puede tener un pescador con mosca, es pescar en poca agua y a trucha vista. Pescar en este tipo de arroyos pequeños no involucra cambiar ninguno de los principios de la pesca con mosca, sino simplemente acentuar ciertos aspectos más que importantes, que marcan más la diferencia con respecto a ríos de mayor tamaño.

Si bien es posible pescar con streamers, dependiendo la fauna ictícola que haya en ese lugar, la mayoría de los casos la dieta de las truchas se basa principalmente en macroinvertebrados acuáticos y terrestres, por lo que vamos hablar exclusivamente de estos últimos.

En todo rio existe un aporte de alimento intrínseco del agua, es decir insectos, crustaceos, peces y demás animales, es decir que su ciclo de vida es totalmente dependiente del agua. Además existe un aporte alimenticio proveniente de afuera del agua, animales que caen por accidente.

 Esta relación cobra muchísima importancia en ambientes acuáticos pequeños, ya que el aporte externo es inversamente proporcional al tamaño del arroyo, por lo tanto mientras más pequeño sea el mismo, mayor aporte externo va a tener. Es importante tener en cuenta esto a la hora de utilizar distintos tipos de moscas, patrones de moscas terrestres como saltamontes pueden ser una excelente opción.

Vamos a hacer hincapié en los pilares que tenemos en consideración en un día exitoso de pesca: aproximación, lanzamiento, deriva y clavada.

 

Aproximación

Este es un aspecto que no es tomado en cuenta por la mayoría de los pescadores inexpertos y algunos expertos también, no se toma dimensión que estamos tratando de capturar a un animal vivo, con sentidos y sobre todo con miles de años de evolución que las aleja del peligro. Desafortunadamente nuestra evolución como seres humanos fue dirigida hacia otro lado, en donde el pensamiento y la inteligencia fue nuestra ventaja competitiva con respecto al resto de las especies, pero pagando el costo de una pérdida significativa de como los sentidos pueden percibir el mundo. En otras palabras dejar a un ser humando en el medio de una selva sin herramientas ni ayuda, es como dejar a un bebé en una jaula de leones. Personalmente creo que este tipo de evolución ha hecho que el ser humano muchas veces no se percate de la percepción superior que poseen los animales, capaces de sentir vibraciones, ver, olfatear y escuchar más sensiblemente que nosotros.

Es por esto que a la hora de aproximarnos tenemos que tener en cuenta todo eso, y tratar de hacerlo de la mejor manera posible.

En ambientes de pequeño tamaño, por lo general tenemos menor profundidad de agua, permitiendo que las truchas adviertan nuestra presencia más fácilmente y sobre todo estén siempre en un estado de alerta mayor. Existen tres buenas formas de evitar ser vistos, la primera es utilizar el ángulo ciego de visión de la trucha por detrás de ella (angulo permanentemente cambiante ya que si la trucha se está alimentando se mueve hacia los costados a buscar el alimento derivando).

Por otro lado mantener la menor altura posible, tanto de nuestro cuerpo como de la caña, mientras menor sea la altura, menor es la probabilidad de que nuestra imagen se vea reflejada en el cono de visión de la trucha. Por último la velocidad de nuestros movimientos es vital, porque la mayoría de la veces entraremos en la visión periférica de la trucha, y como saben mientras más brusco y grande sea el movimiento, este tipo de visión más fácil nos detectara, es como nos pasa a nosotros cuando vemos algo de “re-ojo”, mientras mayor sea el movimiento más fácilmente lo notaremos.


Lanzamiento

En ambientes pequeños el lanzamiento está fuertemente relacionado con la aproximación. La precisión en estos lugares debe ser máxima, el margen de error es mínimo, por lo que castear cerca del lugar de pesca es fundamental. Tanto para la precisión como para la presentación, en estos lugares solemos castear prácticamente solo con el leader. Es llamativo ver a algunos excelentes casteadores capaces de lanzar grandes distancias siendo incapaces de estirar a un leader a unos pocos metros de la trucha.

A partir de esto, escuchamos la gran frase: “pero la línea no carga la caña”. La respuesta es simple, uno necesita cargar la caña cuando desea desplazar un determinado peso de un lugar a otro, es decir aplicar una fuerza capaz de mover a este cuerpo. Justamente un metro de línea-leader no tiene prácticamente peso, entonces: Para que necesitamos cargar la caña?

La correcta inercia que aplica la punta de la caña en un cast controlado, es suficiente para pescar a unos metros. Sino hagan la prueba de castear con la mano un metro de línea-leader, verán que es más que suficiente. En el momento que queremos cargar la caña con largos desplazamientos estamos lejísimo de pescar en corto.

Deriva

 
 Ambiente pequeño, lanzamiento corto y por lo tanto corta deriva. Esto nos marca que la mosca debe estar pescando desde el momento que cae al agua, quizás puede derivar solo unos centímetros, sobre todo en arroyo de montaña en los cuales la velocidad del agua es alta.
 
Para lograr esta buena y corta deriva, debemos haber cumplido los dos puntos anteriores, es decir estar próximos al lugar sin alterar a la trucha y realzar un buen lanzamiento (preciso y bien presentado) con un stop alto en el fordward cast, esto permitirá evitar el drag a penas la mosca llegue al agua, haciéndose irresistible para la trucha que estamos buscando cuando la mosca cae al agua.

Clavada

Pescando a corta distancia es un factor bastante importante, debido a que la tensión que genera la trucha es mucho más repentina, aumentando bastante las posibilidades de romper el tippet. Es por eso que debemos practicar la clavada rápida pero suave. Esto quiere decir que nuestro tiempo de reacción debe ser rápido pero cuando la línea logra tensarse, debemos ser lo más suaves posible. Esto sucede en todos los tipos de pesca, por ejemplo he tenido la oportunidad de sacar dorados de más de 10 kg con cables de acero de 15 libras, pero así también he clavado dorados de los mismos portes a pocos metros de mi posición y me han cortado cables de más de 30 libras. Es todo una cuestión de distancia.

Consideraciones finales


En conclusión, cuando pescamos en un arroyo pequeño tenemos que tener en cuenta todos los aspectos que habría que considerar cuando pescamos cualquier río grande, solo que su finesa de exalta y no existe margen a error. No existe la posibilidad que si cayó mal la mosca la línea se acomode para derivar bien y pescar la trucha que estaba 4 metros río debajo de la que pretendíamos pescar.

Ser exitoso en estos tipos de arroyos, como los que tenemos en Mendoza, lugares en donde me encanta pescar y además trabajo, es lo más similar a salir de cacería. Dejando de lado todas las actitudes que hay que tener para cazar iguales a la de la pesca, quiero referirme a la efectividad, y como un cazador cuida su primer y único tiro. Veo a diario que cuesta mucho comprender que en este tipo de pesca es exactamente lo mismo, la mayoría de los casos contamos solo con un casteo, antes que la trucha entre en  estado de alerta, en el cual no se ha asustado totalmente, pero se encuentra más atenta a su entorno resultando que sea más difícil de engañar. Hay que cuidar cada cast como si fueran balas, el cazador que se apura y dispara apresuradamente tiene gran probabilidad de errar, y no va a tener una segunda oportunidad, el animal se va a asustar y habrá terminado todo allí. En el momento que se comprende que en este tipo de ambientes, es exactamente lo mismo que en la cacería, los resultados seguramente cambiaran para bien, convirtiéndonos en pescadores mucho más efectivos. No es por nada que Gary Borger, el reconocido pescador norteamericano, escribió un excelente libro titulado “The angler as predator” (el pescador como un depredador).

 En mi humilde opinión considero que los pescadores con mejores resultados en cualquier ambiente, son los capaces de ver un pequeño arroyo en un mar de agua, que por más que el río tenga 100 metros de ancho, cada cast está dirigido a pescar un determinado lugar y a una determinada trucha, y cada lanzamiento es una tarea sistemática, estando totalmente consiente que la trucha es una animal vivo, y puede asustarse cualquiera sea el ambiente en el que se encuentre.

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